La Cordillera se formó hace millones de años. Era un antiguo lago, cuyo fondo fue subiendo por los mismos movimientos de la costa terrestre que dieron origen a la Cordillera de los Andes. Moldeada a través del tiempo por la lluvia, el viento y el sol del Desierto de Atacama, su forma final como la conocemos hoy día cuenta con una gran variedad de esculturas naturales, diferentes tipos de estratificaciones y coloraciones variadas por la diversidad mineral del lugar.
El nombre de Cordillera de la Sal deriva del hecho de que sus rocas poseen una gran cantidad de sulfato de calcio, lo que les da el aspecto de estar salpicadas con sal.
El fantástico afloramiento de roqueríos en el primer plano es debido a su cima y el color de los minerales de la sal por los cuáles están compuestos. Es recomendable ver la puesta de sol cuando cambia al desierto de rojo a púrpura y luego a negro. En el fondo está el volcán Licancabur el cuál puede ser divisado a cientos de kilómetros.
Su origen geológico es un lago emergido, donde las antiguas capas horizontales están verticales por los pliegues de la superficie. Así surgen las extrañas figuras que parecen dinosaurios en un escenario de extraños brillos. Al salir de esta cordillera, se entra al Salar de Atacama, desde allí se puede apreciar una vista panorámica de los oasis que conforman San Pedro de Atacama. Siguiendo camino a este pueblo, se atraviesa el Valle de la Muerte, con curiosas formas erosionadas por el viento y un color rojizo con manchas blancas.
La Cordillera de la Sal de ubica a 70 kilómetros de Calama. Antes del acceso de San Pedro de Atacama por ambos lados se puede apreciar este atractivo. Cerros con inusitadas formas y brillos minerales.